Querido amigo:

XXXXI


Para resumir yo quiero
en mis versos sin enojos
mirar por tus mismos ojos
sin un sentimiento fiero.
Deseo que algún lucero
ilumine mi escritura
y con armonía pura
expresarte un sentimiento
tan claro como lo siento
despacito sin premura.

Tú que llegaste a mi vida
de una manera casual
puede ser espiritual
de eso ya estoy convencida.
Por ti me sentí querida
gracias a tu fiel empeño
tu piano inundo mi sueño
se hizo eco en mis oídos
entre notas y sonidos
jugabas a ser mi dueño

Los días fueron pasando
conversaciones y notas
volaban como gaviotas
al infinito llegando.
Yo aquí sentada escuchando
cada bella melodía
dando paso día a día
a una mejor comprensión
entre canción y canción
una relación crecía

Quise acortar la distancia
de tu camino en la noche
y te abrí sin un reproche
una puerta aquí en mi estancia.
Te di toda la importancia
que merece quien admiro
y así fue que en un suspiro
vimos el amanecer
sin siquiera conocer
uno del otro un respiro.

El respeto es lealtad
a los demás y a uno mismo
no es un gesto de heroísmo
evadir la realidad.
Y con dolor de verdad
desgranándome por dentro
quise sacarte del centro
de mi vida en un instante
poniéndote bien distante
y terminando este encuentro.

Intentamos muchas veces

pensando que nos queremos
sin embargo no podemos
vencer los mismos reveces.

Hemos pagado con creces
esta manera de amarnos
y no vamos a culparnos
cedamos paso al destino
que conduce a los caminos
sin herirnos, ni dañarnos.

En esta noche tan bella
donde sé que se termina
esta historia tan divina
que me ha dejado una huella.
Quiero bajar una estrella
una estrella que te diga
que por siempre soy tu amiga
sin tiempo, espacio y lugar
y que te amo al desear
que Dios siempre te bendiga.